Repensando un espacio tradicionalmente poblado por hombres, hoy la extrema derecha no se identifica como un movimiento netamente masculino. Los populismos reaccionarios[1] en Occidente, inmersos en una constante transformación que les empuja a ajustarse a los actuales marcos culturales, muestran un interés creciente por captar voto femenino promocionando, aunque no exclusivamente, los valores conservadores y…