Mujeres en el rap, voces necesarias

“Como soy mujer y hago rap, llevo el feminismo a mi terreno”. Esta frase, que fue pronunciada por Gata Cattana en una entrevista con WAG1[1], debería estar grabada a fuego en todas las mujeres que de un modo u otro llevan años luchando por adquirir respeto y reconocimiento en una cultura que, a día de hoy, aún tiene muchas cuentas pendientes con ellas.

Pese a ser un género muy crítico con las injusticias sociales el mundo del rap no ha sabido dar históricamente su sitio a las mujeres perpetuando una invisibilización que ha lacrado la carrera de muchas raperas que han hecho gala en numerosas ocasiones de un increíble talento. Ser mujer ha sido clave habitualmente para determinar el éxito de numerosas trayectorias.

Hace tan solo unos días, al ser homenajeada en el Lending Ladies of Enterteinment de los Latin Grammy, Ivy Queen aseguraba que cuando se adentró en el mundo del rap todos le decían: “una mujer rapeando, ¿qué es eso?”[2]. Y pese a que los tiempos han cambiado, ese sentimiento sigue estando más presente de lo que debería.

El rap no es un movimiento nuevo en España, aún así son pocas las mujeres que después de tantos años han conseguido alcanzar el éxito a nivel comercial. Ha costado mucho siempre darles crédito. De nada valía que una mujer como Arianna Puello colaborase con artistas como Hurricane G, quien venía de trabajar con grandes nombres de Estados Unidos como Redman, Erick Sermon o Keith Murray, la realidad es que sus logros se veían mermados generalmente por el simple hecho de ser mujer.

Pese a tener numerosos obstáculos por el camino ellas nunca han dado un paso atrás. Decidieron denunciar injusticias, aunque sus voces fueran silenciadas, defenderse a través de sus letras, aunque fueran invisibilizadas. Una lucha en la que encontraron algunos aliados como Talib Kweli, quien dio voz a historias de mujeres en For the woman, o a El Meswy, miembro del legendario grupo CPV, quien se alió con ellas homenajeándolas en temas como Mujer chunga. Sin embargo, siempre se necesitó de más hombres que hicieran del rap un terreno más accesible para unas mujeres a las que se les ha vendido siempre que hipersexualizarse es un plus para que la industria ponga el foco sobre ellas.

Aseguraba hace poco Nathy Peluso que si fuera una mujer que se mostrara insegura recibiría mucho menos odio, “se re nota que les da bronca una mina que se siente bien”, añadía[3]. Una seguridad necesaria para poder dar por fin un golpe sobre la mesa y escribir la historia sin obviar los nombres de tantas mujeres que han contribuido a escribirla.

Poca representación, poca visibilidad

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las mujeres dentro del mundo del rap nace de una doble lucha. Al esfuerzo para que se incluyan sus voces dentro de la escena se suma que, una vez que eso ocurre, les toca pelear para que se reconozca su talento.

Según informaba en abril Spotify España en la presentación de Equal[4], un programa de música que lanzaba en apoyo a la visibilización de la mujer, tan solo una de cada cinco artistas en las listas de éxitos de la plataforma son mujeres. Teniendo en cuenta que hasta hace poco el rap no era un habitual de estas, la presencia de raperas españolas en este tipo de listas queda reducida habitualmente a una mera anécdota en comparación con otros géneros donde incluso son mujeres las que dominan las listas.

Un terreno pedregoso que se complica aún mas si hablamos de Dj´s, productoras, promotoras o técnicas de sonido. Pese a que hace años figuras como Dj Gely, integrante del grupo Sondkalle, parecían abrir camino en un terreno poco explorado por mujeres hasta ese momento, lo cierto es que no se ha avanzado mucho en ese ámbito. Escasean las productoras y Dj´s, lo que implica que las mujeres tengan en ese entorno pocos referentes. ¿Resultado? Pocas se animan a adentrarse en un ambiente dominado por ellos.

La lucha de las mujeres por mostrar su talento en el rap español se complica con los años. Pasada una edad, precisamente cuando muchas de ellas están en su mejor momento creativo, se las invisibiliza de forma automática. Según Joha, rapera afincada en Granada, “todas las mujeres a las que se les visibiliza son de la misma edad, tías de veintitantos años. Yo tengo treinta y tres, ahora es cuando más madura veo mi música, cuando más me gusta, no puedo compararla con la que hacía cuando tenía veinte. ¿Qué hacemos nosotras?, ¿nos tenemos que jubilar ya?, ¿no tenemos derecho a pegar un pelotazo?”, me comenta.

Un problema al que se suma el afán de medios, público y la propia industria por enfrentar a las artistas. Parece que se ha extendido el sentimiento de que dos mujeres con talento no pueden convivir en la cima del rap, que no puede tener cada una su lugar, motivo por el que se empeñan habitualmente en compararlas en perjuicio siempre de una de ellas. Como prueba valga que la promoción de Contigo, single de Mala Rodríguez, se basó en preguntarle por Rosalía buscando la crítica fácil, la enemistad entre artistas[5]. Enfrentar y comparar, dos males que generan recelo, malestar y perpetúan el machismo. Curioso que con los hombres no se ejerza habitualmente este tipo de periodismo.

Faltan mujeres en playlists, mujeres en festivales, mujeres como cabezas de cartel. Y también hombres que, dentro del mundo del rap, donde el ego y la competencia han sido siempre un must, dejen a un lado esa absurda reticencia a que ellas tomen la voz. De otro modo seguiremos pensando que, tal y como afirmaba en Twitter hace poco la rapera Candela Cuore, “realmente a algunos rappers les dan miedo las mujeres”[6]. 

Rompiendo estereotipos de género

Dentro del mundo del rap las mujeres han tenido que demostrar siempre más teniendo el mismo talento que muchos hombres, algo que no solo ocurre en este entorno, pues lo vemos a diario en cualquier ámbito de la sociedad patriarcal en la que estamos sumergidos.

Pese a que en los inicios del rap en España hubo mujeres en puestos de gran relevancia, como Sonia Cuevas y Nieves Villar, cofundadoras de Zona Bruta, uno de los primeros sellos discográficos de rap del país, lo cierto es que las mujeres siempre estuvieron relegadas a un segundo plano. Muchos argumentan que porque el hip hop era calle, terreno hostil poco propicio para mujeres, y se premiaba mucho contar lo que uno vivía en primera persona, otros porque consideraban que el rol de las mujeres en el rap siempre fue de acompañantes de los raperos[7].

La realidad es que, como refleja Adriana Fernández en su tesis de máster titulada Bitches & Sisters: Los estereotipos de género en la música rap, en este tipo de música siempre se ha categorizando sistemáticamente la condición femenina “mediante una exacerbada dicotomía: por un lado, enaltece a aquellas mujeres que adoptan patrones de comportamiento normativos y tolerados (las serviciales sisters), mientras que por otro, menoscaba a aquellas que personifican atributos o cualidades consideradas negativas o deshonrosas (las infames bitches)”[8]. Se las dividió en dos bandos, el de las buenas y las malas, conforme a lo que a ellos les convenía. Una estrategia que funcionó hasta que muchas mujeres decidieron hacer suyo el término “bitch” dando un giro al significado que ellos le habían dado.

Que nos queda mucho que aprender en este terreno queda patente cada vez que escuchamos expresiones como ‘rap femenino’, muy utilizado sobre todo en medios de comunicación. El rap puede ser feminista de acuerdo a su contenido, pero si jamás catalogamos el rap hecho por hombres como masculino, ¿qué nos hace pensar que deberíamos hacerlo con el rap hecho por mujeres?

La incorporación de mujeres a festivales es otro de los puntos a tener en cuenta. Ante la falta de apoyo en este terreno, se han creado diversos festivales femeninos como Fem Fest, entre otros, la única opción para muchas raperas de poder tocar en directo, un paso más para que sean escuchadas. Quizá alzando aquí sus voces mañana no tengamos que escuchar a Ptazeta asegurar que le han dicho en ocasiones que rapea como un tío, y queden desfasadas frases como aquella de las Ninyas del corro que dice: “debemos apoyarnos las unas a las otras, que a mí también me han tachado de groupie, compañera”. Hasta entonces queda camino por recorrer.

Cosificación y sexualización, entre perpetualización y desafíos

La lucha de las raperas por romper estereotipos y barreras ha sido abrumadora. Durante mucho tiempo, imitando patrones que llegaban de Estados Unidos, muchas de ellas adoptaron el discurso e incluso la forma de vestir de los raperos. Eran mujeres que, como explicaba Mala Rodríguez en una entrevista, tenían miedo de mostrarse femeninas. “Yo también he vivido eso de estar acomplejada por tener las tetas gordas y querer ponerte algo ancho porque no quieres llamar la atención con dieciséis años y no quieres que te anden tocando el sujetador o llamando la atención por ser mujer”[9].

Mensajes como “la ninya iba a los corros pa’ aprender, no para echarse novio” de Laüra Bonsai en Booty camp click, u observaciones como “antes que nada aclararte que no soy una cantante de baladas”, pronunciada por Úrsula de Sondkalle en una de sus canciones, son claras advertencias de que estas mujeres querían tomar las riendas y dejar de ser lo que habían sido hasta ese momento en el rap, un mero producto. Resistencia feminista a través del arte que ha hecho que artistas como Arianna Puello hayan decidido hacer público con el paso de los años los problemas de machismo que sufrió en sus inicios por parte de sus propios compañeros[10].

La industria y la sociedad siguen dando prioridad a la cosificación de la mujer. A pesar de que las chicas actualmente son más libres a la hora de exponerse, mantenerse al margen de la hipersexualización sigue cobrándose su factura. Como me comentaba Joha al hablar sobre este tema, “da igual el talento, si no les enseñas el culo tienes que demostrar mucho más que la que lo enseña”.

El clima social que vivimos en la actualidad está ayudando a modificar muchos comportamientos, ciertas actitudes cada vez se toleran menos. En el último año son varios los raperos que han sido cancelados en España por actitudes machistas. Cancelaciones que tienen una doble vara de medir y que duran en ocasiones poco tiempo, lo que debería hacernos reflexionar. Mientras el hombre permita al hombre cosificar a una mujer, mientras no se conciencie sobre el machismo en las letras, la batalla deberá seguir librándose sin descanso.

Necesidad de un contradiscurso en el rap. ¿Por qué es imprescindible escuchar sus voces?

En el rap siempre hemos escuchado las historias en boca de hombres, de ahí la necesidad de abrir un espacio a nuevos sentimientos, nuevas discusiones, nuevas inquietudes. Ser mujer lleva implícitas ciertas particularidades y era necesario que las mujeres sintieran que una rapera las estaba hablando de tú a tú, de mujer a mujer, sentirnos representadas. Referentes que nos incitaran a defender nuestras ideas, a no tener miedo a posicionarnos, a mostrarnos tal y como somos.

Un camino en el que se debe huir del individualismo, en el que se debe romper la brecha que existe actualmente entre generaciones. Es necesario que las artistas actuales pongan en valor el trabajo de todas aquellas mujeres que han ayudado con sus voces a construir el camino. Si hoy muchas de ellas tienen cabida en el rap es porque, como dijo Missy Elliot hace unos días tras entrar a formar parte del Songwriter Hall of Fame, “hay otras artistas que son la espalda en la que hoy nos apoyamos, mujeres que defendieron algo para que nosotras pudiéramos sentarnos cómodamente”[11]. No partimos de un árbol genealógico que esté floreciendo, hay ya muchas hojas escritas en esta historia, y las nuevas generaciones deberían comenzar a entender que eso otorga poder.

Necesitamos mujeres apoyándose entre sí, hombres que no se sientan menos por darles su sitio a ellas. Las mujeres llevan años haciendo ruido en el rap español y aún así no se las escucha. Para ellas hablar es una necesidad, para nosotros escucharlas debería ser una obligación. Justicia poética con las que están, las que estuvieron y las que vendrán en un futuro para seguir escribiendo una historia en las que son protagonistas, aunque hasta ahora haya sido a la sombra.

Julia Álvarez Díaz (@JuliaAlvarezD) es periodista, actualmente en Fleek Mag.

Notas

[1] (6 de febrero de 2017). Hablamos con GATA CATTANA: BANZAI será el nombre de su nuevo disco. WAG1 Magazine. Recuperado de: https://www.wag1mag.com/gata-cattana/

[2] Agencia Efe. (17 de noviembre de 2021). Ivy Queen demuestra que sigue siendo la pionera de su género en los Latin Grammy. Los Angeles Times. Recuperado de: https://www.latimes.com/espanol/entretenimiento/articulo/2021-11-17/ivy-queen-demuestra-que-sigue-siendo-la-pionera-de-su-genero-en-los-latin-grammy

[3] Nathy Peluso [@NathyPeluso]. (27 de noviembre de 2021). Recuperado de: https://twitter.com/NathyPeluso/status/1464492299124097025?s=20

[4] (29 de abril de 2021). Spotify lanza el programa de música de ‘Equal’ en apoyo a la visibilización de la mujer, Europa Press. Recuperado de: https://www.europapress.es/epsocial/responsables/noticia-spotify-lanza-programa-musica-equal-apoyo-visibilizacion-mujer-20210429172153.html

[5] Romero, Leticia. (22 de junio de 2021). El cabreo de La Mala Rodriguez al ser comparada de nuevo con Rosalía. RTVE. Recuperado de: https://www.rtve.es/playz/20210622/cabreo-mala-rodriguez-ser-comparada-rosalia/2107802.shtml

[6] Cuore, Candela [@CCUORE1]. (25 de noviembre de 2021). Recuperado de:  https://twitter.com/CCUORE1/status/1452725955781402624?s=20

[7] Carrasco, Laura & Herrero, Luz. (2012). Demostrar más para ser una más: Mujeres y Hip Hop en el Estado español. Asociación Garaje de Magni. Disponible en: https://654cc558-8205-45f8-b56b-d306abe1984a.filesusr.com/ugd/24833e_dcb4e6accd8b4954a94687b61e280182.pdf

[8] Fernandez Llaneza, Adriana. (2015). ‘Bitches & Sisters’: Los estereotipos de género en la música rap. Repositorio Institucional de la Universidad de Oviedo. Disponible en: https://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/handle/10651/51288/TFM_AdrianaFernandezLlaneza.pdf?sequence=6&isAllowed=y

[9] Álvarez, Julia. (8 de noviembre de 2020). Mala Rodriguez, frescura intacta veinte años después. Fleek Mag. Recuperado de: https://fleek.25gramos.com/lujo-iberico-frescura-intacta-20-anos-despues/

[10] Lenore, Victor. (29 de abril de 2016). Música: Biocot, guantazos y cloroformo. ¿Dónde están las raperas?. El Confidencial. Recuperado de: https://www.elconfidencial.com/cultura/2016-04-29/hip-hop-raperas-mujeres-machismo_1191850/

[11] Variety [Variety]. (8/11/2021). Recuperado de: https://twitter.com/Variety/status/1457812902551769089?s=20

Fotografía de Minguito de la rapera STARR