Republicano, popular y federal: vectores para el Frente Amplio

Republicano, popular y federal. El objetivo de este artículo es vindicar estos tres vectores o elementos a la hora de articular un Frente Amplio progresista para las próximas elecciones generales. Muy probablemente, este proyecto, aún por definir, será liderado por Yolanda Díaz, la cual pretende sumar a personalidades diversas –está por ver si también a fuerzas y sectores más amplios– del ámbito progresista, provenientes tanto de distintas formaciones como de diversos puntos del Estado (Mónica Oltra en Valencia y perteneciente a Compromís, Ada Colau en Barcelona y de Catalunya en Comú, Mónica García en Madrid y de Más País, Fátima Hamed en Ceuta y del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía…). El pasado 13 de noviembre, en Valencia tuvo lugar el acto de presentación de esta posible plataforma bajo el nombre de “Otras políticas”, generando una gran expectación.

Sobre estas cuestiones se viene reflexionando desde hace meses. Más concretamente, sobre cómo articular este Frente Amplio para que sea exitoso de cara a la cita electoral de dentro de dos años, pero también para cerrar de una vez por todas las viejas heridas del pasado ciclo que han hecho que el ámbito progresista haya perdido su hegemonía cultural, limitándose a una posición reactiva y a la defensiva, así como su capacidad para fijar la agenda política y mediática, menguando a su vez notablemente a nivel electoral.

Con esta reflexión pretendemos únicamente esbozar algunas líneas que creemos que deberían estar presentes para orientar a nivel ideológico, estratégico y programático el proyecto liderado por Yolanda Díaz. Para dotarlo, así, de un horizonte compartido y un contenido lo suficientemente amplio pero definido como para aglutinar a las fuerzas heterogéneas que pretende albergar en su seno.

Estos tres vectores o elementos –republicano, popular y federal– están interrelacionados y no pueden entenderse por separado, por lo que el éxito del Frente Amplio depende de la articulación de los mismos en una propuesta que ha de ser al mismo tiempo solvente –capaz de cumplir los objetivos que se fije–, amplia –para poder incluir diferentes tradiciones y sensibilidades del espacio progresista– y seductora –que ilusione y sea capaz de erigirse en alternativa real de gobierno–.

Un primer vector que ha de incorporar el Frente Amplio, desde nuestra perspectiva, es el republicanismo como horizonte de país. Esta propuesta ha sido defendida de manera central por Unidas Podemos en sus últimas jornadas organizadas entre el 7 y el 10 de octubre[1]. Si bien en la actualidad la mayoría republicana en nuestro país no es abrumadora ni parece que vaya a serlo en el futuro próximo, la encuesta elaborada por la Plataforma de Medios Independientes arroja unos resultados que dan a la república el 39,4% de apoyo frente al 31% de la monarquía en un hipotético referéndum[2]. En comparación con los años 2014/2015, el descrédito de la institución monárquica entonces era considerablemente superior al actual, al tratarse de un contexto marcado por la sucesión de Juan Carlos I en su hijo Felipe VI, causado especialmente por los escándalos de corrupción del antiguo jefe de Estado.

No obstante, consideramos que se ha de poner encima de la mesa la necesidad, en el corto y medio plazo, y engarzándola necesariamente con los elementos popular y federal, de abrir un proceso constituyente en nuestro país que desemboque, entre otras cosas, en un referéndum para elegir la forma de Estado y reformar más ampliamente la Constitución de 1978. Si bien la correlación de fuerzas actual no es aún claramente favorable a la república, por medio de esta defensa en el presente se empujaría en una dirección que haga factible la apertura de un debate sosegado y necesario sobre este tema en nuestro país. Enfocándolo en este sentido, y no tanto desde una perspectiva memorialista e identitaria que redujera la potencialidad del proyecto limitándola a los sectores izquierdistas ya convencidos, consideramos que el horizonte republicano no tendría problemas para ser abanderado por el conjunto de las fuerzas progresistas, desde los más afines a Unidas Podemos hasta aquellos más cercanos a Más País y otras fuerzas transformadoras.

Un segundo vector sería lo “popular”, entendido aquí como una vindicación y actualización de ciertos aprendizajes del populismo. Un matiz necesario a este respecto: con ello no afirmamos que nos encontremos en un momento populista de izquierdas –de hecho, si alguna vez existió uno en España, la ventana de oportunidad se cerró en 2015/2016–. Más bien todo lo contrario, puesto que creemos que la fase actual que atravesamos tiene más que ver con una de sedimentación, de marea baja y reagrupamiento de fuerzas, donde el foco ha de estar en mejorar la vida cotidiana de la gente a través de políticas públicas que blinden los derechos sociales y económicos, los servicios públicos, garanticen el acceso a la vivienda, atajen la precarización creciente de cada vez más aspectos de la vida, etc. Distinto es que no hayamos atravesado desde el otoño de 2017 un fenómeno similar pero situado en unas coordenadas ideológicas opuestas, alimentado por el 1-O y el Otoño rojigualdo, el auge de Vox y su consolidación el 2 de diciembre de 2018 en las elecciones andaluzas, la ofensiva reaccionaria y el fenómeno Ayuso, la radicalización del PP por el arrastre ejercido por Vox, etc.

¿Qué necesidad habría entonces de volver a traer a colación el elemento populista o, al menos, popular en octubre de 2021? Pues, ni más ni menos, que para ensanchar la base a la que apelaría este Frente Amplio progresista, que rechazando estrechas etiquetas y personalismos de la década anterior, habría de erigirse en el punto de partida para construir un bloque histórico[3] en nuestro país que articule –y no meramente sume o yuxtaponga, como subrayaba Errejón hace años[4]– las distintas demandas inconexas y contrarreste así la ofensiva reaccionaria que se deja sentir no solo entre el campo de la derecha y ultraderecha, sino que ha penetrado en el universo progresista corroyendo sus consensos ideológicos e intoxicando los debates introduciendo falsos dilemas y problemáticas inexistentes. Por fortuna, Yolanda Díaz y su círculo más cercano parecen tener clara la necesidad de rivalizar con el PSOE por un proyecto progresista seductor –y no simplemente conformarse con ensanchar la “izquierda a la izquierda del PSOE”– que renuncie a ubicarse en una esquina del tablero político, con el objetivo por tanto de disputar de nuevo la centralidad y constituirse como una oferta política atractiva para todos aquellos que se quedaron por el camino en este último lustro.

En tercer y último lugar, el Frente Amplio habría de incorporar en su propuesta la variable federal para dar cuenta y aspirar a representar la diversidad política intrínseca a nuestro país, tanto a nivel cultural, lingüístico como, en este caso, político. En nuestra opinión, de los tres elementos de la propuesta este es el decisivo, más incluso que el horizonte republicano y la lógica populista, por lo que habría que prestarle especial atención si no queremos naufragar en determinados territorios en los próximos comicios. El Frente Amplio ha de hacer balance ineludiblemente de por qué buena parte de los votos que en 2015 y 2016 fueron para las candidaturas de Unidas Podemos en sus distintas marcas o alianzas regionales y locales, se han ido hacia fuerzas nacionalistas de izquierdas como ERC, BNG, etc. Si no se lleva a cabo una autocrítica en este sentido, la propuesta de Frente Amplio tendrá poco recorrido en los territorios periféricos. Para evitar esto último, otro elemento que habría de tener en cuenta el Frente Amplio es no caer en el error de la imposición de listas y candidatos ajenos al territorio y designados por la dirección central, sino que habría de mostrarse en todo momento sensible y dispuesto a llevar a cabo procesos democráticos internos que salvaguarden la pluralidad y legitimidad del proyecto.

Por otro lado, y lo que es más importante si cabe, los últimos movimientos electorales en la España Vaciada en forma de candidaturas al modo de Teruel Existe están suponiendo un nuevo terremoto que se ha convertido ya en el último capítulo de la crisis territorial que atraviesa nuestro país, tal y como han señalado Daniel Vicente Guisado[5], Xavi Domènech[6] y otros. Si el Frente Amplio no da cuenta de esta pluralidad ni es capaz de dar la batalla en estas provincias donde el bipartidismo ha sido históricamente protagonista, muchos votos irán a parar a estas candidaturas provinciales, que canalizarán el descontento de gran parte de sus habitantes y que de buen seguro adquirirán una relevancia decisiva en la vida política española durante los próximos años.

En definitiva, creemos que el espacio del cambio articulado en esta plataforma o Frente Amplio ha de hacer suyas las reivindicaciones republicana, popular y federal si quiere partir con opciones de obtener un buen resultado en las elecciones generales, pero sobre todo con el objetivo de reconstruir sobre los escombros de aquella ola progresista que inundó las plazas y que contó con posibilidades reales de transformar nuestro país. Así mismo, si bien el horizonte primero y fundamental es de aquí a dos años, el Frente Amplio ha de adoptar una mirada de largo plazo para volver a seducir a todas aquellas personas que, hastiadas de riñas internas, verticalismos y liderazgos asfixiantes, se quedaron por el camino, y poder así reconstruir un sentido común progresista que haga que el péndulo de la hegemonía, que ahora mismo se encuentra en la orilla reaccionaria, vuelva hacia posiciones comprometidas con la pluralidad, la libertad positiva, la profundización democrática y la justicia social.

Julio Lucena de Andrés (@julio_5lda) es graduado en sociología y relaciones Internacionales y Experto en Desarrollo por la UCM. Actualmente cursa estudios de máster en Filosofía Política en la UPF.

Notas

[1] Chouza, Paula. (25 de septiembre de 2021). Podemos organiza un foro de reflexión en otoño para relanzar su agenda política. El País. Recuperado de: https://elpais.com/espana/2021-09-25/podemos-organiza-un-foro-de-reflexion-en-otono-para-relanzar-su-agenda-politica.html

[2] Andrade, Mónica. (12 de octubre de 2021). La opción republicana seduce al 40% de los españoles. Ctxt. Recuperado de:https://ctxt.es/es/20211001/Politica/37487/encuesta-monarquia-referendum-republica-Monica-Andrade.htm

[3] De La Cruz, Ángel. (14 de octubre de 2021). Recuperar la iniciativa. Propuestas para un Frente Amplio Constituyente. LaU. Recuperado de: https://la-u.org/recuperar-la-iniciativa-propuestas-para-un-frente-amplio-constituyente/

[4] Fort Apache. (2014). ¿Qué es el populismo? Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=-xDM7HSPHOY&ab_channel=ClasesHS

[5]  Vicente Guisado, Daniel. (25 de octubre de 2021). La rebelión territorial en España: o cómo en 2023 todo puede volver a cambiar. Público. Recuperado de: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/52204/la-rebelion-territorial-en-espana-o-como-en-2023-todo-puede-volver-a-cambiar/?utm_term=Autofeed&utm_campaign=Publico&utm_medium=social&utm_source=Twitter#Echobox=1632598596

[6] Domènech, Xavier. (7 de octubre de 2021). Horizonte 2023: territorialidad, política y Estado. Público. Recuperado de: https://blogs.publico.es/dominiopublico/40195/horizonte-2023-territorialidad-politica-y-estado/

Fotografía de Bruno Thevenin.