Desde hace un par de años, hay una gran reacción en la izquierda española que asume cada vez más, tanto los marcos que extiende la Alt-Right global, como sus discursos y desinformación. La izquierda estadounidense es una de las más damnificadas de esta desinformación producida por esta izquierda reaccionaria. Estos últimos asumen que, primero, no hay izquierda en los Estados Unidos y, segundo, que absolutamente todo lo que procede del entorno estadounidense es una obra del capital destinada a romper y resquebrajar “lo poco” de izquierda que hay en España. Siendo esto una falta de respeto, no únicamente desde el punto de vista internacionalista, a los compañeros y las compañeras de la izquierda estadounidense –que se juegan sus vidas en la lucha–, sino a la propia izquierda española y a la teoría marxiana al pensar que un producto empaquetado por el capitalismo estadounidense es capaz de romper una tradición política-filosófica.
Entre las desinformaciones que están más extendidas y que resuenan más en los altavoces de esta “izquierda” reaccionaria, una es que las universidades estadounidenses exportan, en una suerte de conspiracionismo muy barato, una ideología destinada a romper la “verdadera izquierda” y que Black Lives Matter, producto de esta ideología, era un movimiento conformado por activistas apolíticos, en un primer momento, y que ahora sirve para hacer millonarias a sus creadoras, sin haber ni un trasfondo político ni, como gustan decir, políticas “que cambien lo material”. Este discurso casa muy bien con el de la Alt-Right estadounidense que pivota entre decir que Black Lives Matter no hace nada real y que este movimiento es nada menos que terrorismo doméstico.
Fruto de esta asimilación del discurso de la Alt-Right, lo más común es que en esta izquierda reaccionaria se entienda a Black Lives Matter como un nido de activistas desorganizados que lo único que hacen es protestar cuando un negro o afroamericano es asesinado por los aparatos represivos estatales en los Estados Unidos y vender camisetas. Este mismo año fuimos testigos de algún artículo que pretendió enfrentar esta imagen falsa que se tiene de Black Lives Matter con el Black Panther Party. Lo asombroso de esta comparación, que explicaremos que no tiene ningún sentido, es que el Black Panther Party eliminó hace ya 50 años el reduccionismo de clase de este discurso reaccionario izquierdista. Curioso reivindicar aquello que te mata teóricamente para atacar lo que en la actualidad te mata en la práctica, mostrando un desconocimiento de ambos fenómenos.
Para poder luchar contra este discurso falso que promueve la desinformación, lo primero que habría que desmentir es la concepción que se tiene sobre Black Lives Matter (en adelante BLM) como una mera organización que se dedica a convocar protestas cuando unos policías asesinan a una persona negra en los Estados Unidos. BLM, como todo movimiento procedente de la izquierda radical estadounidense, es una organización ultradescentralizada: la base o las células de este movimiento-organización son las distintas filiales que hay repartidas por todas las ciudades de la geografía estadounidense. Por lo tanto, para ver qué actividades reales lleva a cabo Black Lives Matter hay que dirigir la mirada a estas filiales. Por ello, para la elaboración de este artículo se ha contactado con las filiales de Los Ángeles, Greater New York, Chicago y Washington DC.
Hay que tener en cuenta que BLM es una herencia del Black Panther Party. Este partido de corte socialista fue la vanguardia teórica del nacionalismo negro y del Black Liberation Movement en los Estados Unidos. Fue un partido que comenzó con vocación de autodefensa, con patrullas de personas negras que se paseaban por la ciudad con subfusiles mientras vigilaban a los policías hacer su trabajo. Al cabo de un par de años, y con la suficiente financiación, comenzaron unos ambiciosos programas sociales: desayunos para niños negros y de clase trabajadora, educación gratuita, clínicas médicas, casas sociales e incluso una alianza con pequeños empresarios locales. Mientras hacían estas labores sociales no descuidaron su horizonte, la emancipación de la clase obrera y la humanidad, siendo vanguardia teórica del movimiento comunista estadounidense superando el reduccionismo de clase trazando alianzas con el movimiento feminista, el movimiento de liberación gay y con otras organizaciones de distintas razas. BLM, desde 2013, copia esa ambivalencia de vanguardia teórica junto a los programas sociales[1]. De hecho, la gran mayoría de sus filiales se definen como “anticapitalistas” y en contra del patriarcado, del colonialismo y del supremacismo blanco.
La gran parte de actividades y programas sociales que hizo el Black Panther Party se circunscribieron a la zona de la Bahía de San Francisco, en especial en la ciudad de Oakland en donde se fundaron, y la ciudad de Chicago, de donde era uno de sus líderes más carismáticos, Fred Hampton. Este partido consiguió aunar la lucha antirracista con el socialismo y la lucha de clases. Nunca sobrepasó los 5.000 miembros y por lo tanto sus programas sociales, financiados en gran parte por el Estado de California, fueron limitados, si bien sus proyectos, aparte del horizonte socialista y de liberación negra, era ambicioso: llegaron a unirse con el movimiento ecologista para intentar comprar terrenos públicos y construir casas menos contaminantes y más sanas para la clase obrera, abrir fábricas para dar zapatos a la comunidad, escuelas públicas y clínicas médicas gratuitas para tratar a “los negros y otros oprimidos”[2]. Hay que recalcar que consiguieron llevar a cabo estos programas con apenas 5.000 miembros, que fueron duramente reprimidos y sus líderes o encarcelados o asesinados por el Estado, pero sus proyectos quedaron grabados a fuego en la izquierda estadounidense[3].
Por ello, en 2013, cuando surge BLM, estos tienen bastantes referentes pasados a los que mirar, empezando por Malcolm X, Angela Davis, Fred Hampton, Bobby Seale y Huey Newton. El nacimiento de este movimiento no se puede entender sin las protestas contra la violencia policial ejercida contra la población negra y la lucha antirracista, siendo estas las primeras y únicas actividades que llevaron a cabo. Pero conforme pasaron los años y el movimiento aumentó, y con ello sus miembros, ese movimiento que parecía encarnado en sus tres fundadoras se descentralizó y se comenzaron a abrir filiales en distintas ciudades estadounidenses con autofinanciación. Y es en estas filiales donde los proyectos y sueños del Black Panther Party vuelven a la vida: primero los desayunos y comidas para la clase obrera de las ciudades y luego otros proyectos como bancos de alimentos, farmacias y asesoramiento legal en todas ellas[4]. El enfrentar este movimiento con el Black Panther Party es absurdo, puesto que el Black Panther Party comenzó de la misma manera: una lucha contra el racismo y la violencia policial que hizo que Bobby Seale se estudiase todas las leyes del Estado de California para la autodefensa de la comunidad así como la preocupación por la salud de los niños con lo que comenzó el desayuno gratuito para ellos[5].
Pero todas estas luchas “materiales” del Black Panther Party fueron acompañadas por una búsqueda, debido al nacionalismo negro, de la verdadera cultura negra. El Black Panther Party comenzó a interesarse por el arte, la música y los “performances” que les haría negros, que les devolvería (crearían) una (en) identidad. Se ha criticado bastante el apoyo que las filiales de BLM ha dado para realizar obras de arte o performances artísticos, sin tener en cuenta que, al igual que el Black Panther Party, esta estrategia parte de un intento de recuperar la “cultura perdida” de un pueblo al que se le fue arrebatada con el comercio de esclavos, el yugo de la esclavitud y de la segregación posterior.
Otras críticas que se la han hecho al propio BLM, desde sus filas o desde la izquierda estadounidense, es su acercamiento a los demócratas. De hecho, la mayor crítica es que se financian a través de la misma plataforma “actblue”. Cuando, honestamente, la crítica debería ir por el camino de la transparencia: sabemos que recibieron unos 15 millones de dólares este último año, pero no se sabe cómo se repartieron entre sus filiales. La única filial que tiene un desglose de los donativos recibidos y de como se invierten en la comunidad es la de Seattle[6]. Esta connivencia con los demócratas es igualmente una media verdad, pues en 2016 hicieron un escrache a la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton hasta echarla de una conferencia que iba a realizar en una universidad, apoyando claramente al izquierdista Bernie Sanders como única opción real que veían para la mejora de la clase obrera estadounidense[7].
Recientemente, se ha conformado una coordinadora dentro del movimiento, llamada Movement 4 Black Lives de un corte más radical y más anticapitalista[8]. Las filiales adscritas a esta coordinadora son las que tienen los programas más ambiciosos y las que promueven el “Defund The Police, invest in our communities”. Por ejemplo, la de Greater New York y Washington DC tienen reparto de comida a domicilio y farmacias propias, así son las más relacionadas con los sindicatos radicales del país y son las que organizaron durante la pandemia la huelga de inquilinos. Igualmente BLM a nivel nacional en colaboración con filiales está creando un fondo de viviendas sociales para la diversa clase trabajadora.
Sus luchas “materiales” son tan reales que el movimiento BLM y su filial en Washington DC fueron capaces de acampar delante del congreso estadounidense cuando se terminó la moratoria de alquiler (que iba a desahuciar a millones de familias en todo el país), sacar de los despachos a las congresistas Cori Bush y Alexandria Ocasio-Cortez para conseguir en apenas 48 horas una nueva moratoria[9]. A día de hoy, BLM reparte comida en más de 100 ciudades estadounidenses y es uno de los mayores movimientos de su población en la historia del país[10]. En el barrio de Bed-Stuy en Brooklyn (NYC) mientras protestaban contra el asesinato de George Floyd, estuvieron organizando el movimiento vecinal en contra de los grandes tenedores de vivienda de la ciudad que no solo querían cobrar la renta cuando no había trabajo posible, sino que la subían. Junto con esta organización vecinal crearon un banco de alimentos y un mural en la calle principal del barrio Fulton St.
Por lo tanto, nos encontramos ante un movimiento que, obviamente, no es comunista, pero en el que los comunistas y toda la izquierda estadounidense están volcados porque puede ser la punta de lanza que atraviese al supremacismo blanco y, con ello, pueda debilitar el capitalismo en los Estados Unidos.
¿Qué es lo que teme tanto la izquierda reaccionaria de este movimiento para mentir sobre él? Que es un movimiento que nace del magma cultural de los debates de la izquierda estadounidense post-1968 sobre la diversidad de la clase obrera, es un movimiento que reivindica estos debates, que sabe que no hay emancipación humana si no se elimina el racismo, la transfobia, la homofobia y el patriarcado de la faz de la tierra. Pero que, como decían los Black Panthers, “Theory with No Practice Ain´t shit!”, y por lo tanto, mientras tienen ese horizonte emancipador trabajan tanto en el ámbito teórico como en la calle para conseguirlo. Lo que teme esta izquierda reaccionaria es un movimiento con el alma del Black Panther Party que teóricamente los aniquila. El colectivo LGTB de los años 70 era denostado por toda la sociedad estadounidense y por algunos comunistas, incluso la organización estudiantil Student for Democratic Society no teorizaba sobre ellos, hasta que en 1971 los líderes del Black Panther Party le tendieron la mano a los de Stonewall porque vieron no solo el potencial revolucionario de las propias y únicas demandas del colectivo, sino también una opresión más creada por el capitalismo contra el que luchaban. Black Lives Matter es capaz de aunar la lucha por lo queer, por las vidas trans y la lucha obrera que realiza la clase trabajadora en los Estados Unidos[11]. Es el ejemplo que destruye el castillo de naipes teórico y falso que ha construido esta izquierda reaccionaria. Por no hablar que su teorización sobre el saqueo como estrategia política es la que más daño ha hecho a la propiedad privada en décadas.
Jaime Caro Morente (@JaimeCaroM) es doctorando en Historia Contemporánea especializado en historia del movimiento obrero y la izquierda estadounidense.
Notas
[1] Black Lives Matter. Black Lives Matter 2020 Impact Report. Recuperado de: https://blacklivesmatter.com/wp-content/uploads/2021/02/blm-2020-impact-report.pdf
[2] Hiliard, David. (2008). The Black Panther Party. Service to the People Programs. Oakland: Dr. Huey P. Newton Foundation.
[3] Delli Carpini, M. X. (2000). Black Panther Party: 1966-1982. The Encyclopedia of third parties in America (pp. 190-197). Disponible en: https://repository.upenn.edu/asc_papers/1/
[4] Referencias: https://www.blmla.org/organize/, https://www.dcblm.org/campaigns-and-coalitons,https://blacklivesseattle.org/initiatives/, https://m4bl.org/mutual-aid/
[5] Murch, Donna Jean. (2010). Living for the City: Migration, Education, and the Rise of the Black Panther Party in Oakland, California. Chapel Hill (N.C.): The University of North Carolina Press.
[6] Disponible en: https://blacklivesseattle.org/community-investment/
[7] Merica, Dan. (1 de noviembre de 2015). Hillary Clinton protested by Black Lives Matter. CNN Politics. Recuperado de: https://edition.cnn.com/2015/10/30/politics/hillary-clinton-black-lives-matter/
[8] Disponible en: https://m4bl.org/policy-platforms/
[9] Fandos, Nicholas. (5 de agosto de 2021) With Capitol Sit-in, Cory Bush Galvanized a Progressive Revolt Over Evictions. New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2021/08/04/us/politics/cori-bush-eviction-moratorium.html
Afeni [@reddisari] (5 de noviembre de 2021) Recuperado de: https://twitter.com/ReddIsAri/status/1423303371809771529
[10] Buchanan, Larry. (3 de Julio 2020). Black Lives Matter may be the Largest Movement in US History. New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/interactive/2020/07/03/us/george-floyd-protests-crowd-size.html
[11] Black Lives Matter. Black Lives Matter 2020 Impact Report. Recuperado de: https://blacklivesmatter.com/wp-content/uploads/2021/02/blm-2020-impact-report.pdf
Fotografía de Álvaro Minguito